Santiago Álvarez

Y el Noticiero resultó, triunfó, se volvió escuela

Vie, 06/05/2020

Santiago Álvarez nunca estuvo de acuerdo con que el Noticiero ICAIC Latinoamericano fuera el escalón imprescindible para los realizadores que aspiraban a dirigir documentales o ficción, porque “ninguna de estas expresiones está por encima de las otras, cada una tiene su especificidad y su valor intrínseco”, le declaró a la revista Cine Cubano en 1983. Tanto confiaba Santiago en la singularidad de cada modo expresivo, que Ciclón, Now o Hanoi, martes 13, respondieron a un embrión noticioso, pero alcanzaron un disímil tratamiento como documentales.

En el marco de una cinematografía caracterizada por la fusión estética y narrativa de códigos inherentes al documental y a la ficción, el Noticiero —que ahora celebra su 60 cumpleaños— fue escuela, inspiración y punto de partida. Lo fue no solo para Santiago Álvarez, que aprendía constantemente de la práctica y además fungía como maestro, sino también para un grupo de realizadores cuyos filmes reflejarían después el espíritu, la esencia o el estilo enunciativo del Noticiero.

A partir de 1966, Manuel Pérez participó en 36 ediciones del Noticiero ICAIC Latinoamericano; se estrenó en la 328, que insertaba un foto-reportaje sobre la agresión por Nuevitas de emigrados a Miami. En 1973, Pérez realizó su primer largometraje de ficción, El hombre de Maisinicú, que desarrollaba el tema de la violencia y sistematicidad de las agresiones, además de vehicular, como el Noticiero, las intenciones educativas, movilizadoras y reflexivas, a partir de retratar la inmediatez de la realidad cubana, a través de una suerte de reportaje periodístico, audiovisual, particularmente trascendente.

Realizador del Noticiero y también subdirector durante varios años, Daniel Díaz Torres aprendió allí a entender los imperativos industriales, masivos, del cine, y su ineludible potencial creativo, artístico. Trabajó junto con Rolando Díaz y Fernando Pérez, en una tríada que sabría comprender a la perfección los gustos y la sensibilidad del espectador cubano con sus largometrajes de los años ochenta y noventa.

En 1978, Daniel quien realizó 91 noticieros entre 1975 y 1981 estuvo a cargo de las ediciones 881 y 902, que combinaban montaje y sonido, en la mejor tradición del Noticiero, para criticar la desidia y el conformismo, siempre fiel a la acendrada vocación crítica y reflexiva del cine cubano. En la edición 881 se combinaba, a partir de la estructura de un road movie, la noticia sobre un Festival de Música Popular en Sancti Spíritus, con reportaje sobre la calamitosa situación de las cafeterías aledañas a las Ocho Vías, llamadas Conejitos. En la 902, Daniel mostró con mordacidad el caos en un almacén de ventanas, para así ejemplificar la desorganización y falta de planificación de ciertas empresas. Similar tono humorístico y crítico se percibe en algunas de las ediciones realizadas por Luis Felipe Bernaza, Rolando Díaz y Francisco Puñal.

Por otro lado, estaban realizadores como José Padrón, Lázaro Buría, Miguel Torres, Héctor Veitía, Melchor Casals y Francisco Puñal, que comprendieron al Noticiero en tanto el principal medio periodístico del ICAIC para asumir la realidad con un sentido innegable de la inmediatez, sin dejar de lado la reflexión, tal y como lo lograron no solo los mencionados, sino también realizadoras menos conocidas como Vivian Argilagos e Irene López Kuchilán. Cada quien entregó su aporte, y ganó experiencia, conocimiento y profesionalidad en lo que sin duda constituyó una escuela como el hecho periodístico conceptual y artísticamente más renovador en el terreno de los medios audiovisuales en nuestro país.

(Tomado de Cartelera Cine y Video, nro. 175)