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Sobre el “cine independiente” cubano
En los últimos días se ha abierto un debate que coloca al “cine independiente” cubano en una zona de sospecha. El análisis de algunos de los textos circulados muestra marcadas imprecisiones sobre el tema.
El término “cine independiente” es acuñado en el mundo hace décadas para referirse al producido al margen de los grandes estudios y circuitos de distribución. En muchos países, el cine independiente ha alcanzado notoriedad por la calidad de los realizadores y de las obras producidas.
En Cuba, con la creación del ICAIC en 1959, se logra consolidar una industria cinematográfica que ha producido la mayor parte del cine cubano. Junto al ICAIC, otras instituciones estatales también realizaron valiosos filmes. Sin embargo, en los últimos años, fruto del desarrollo tecnológico y de la formación de talentos, se ha establecido una producción audiovisual fuera del ICAIC y de las instituciones del Estado cubano. Es a este cine al que en Cuba se ha llamado “cine independiente”.
El cine cubano actual es la suma de las producciones realizadas por instituciones estatales y de la muy numerosa realizada por “independientes”, que son grupos de creadores, con mayor o menor estabilidad en su trabajo, que desarrollan su producción buscando apoyo en diferentes fuentes, incluyendo a las instituciones estatales. Entre un tipo de cine y el otro, aparecen obras de calidad con reconocimiento de la crítica y el público.
La modalidad no estatal de producción cinematográfica es diversa, con directores consagrados y noveles; artistas y técnicos de experiencia disímil; perfiles temáticos y de género múltiples; fuentes de financiamiento distintas, aunque dirigidas en muchos casos a los fondos internacionales a concurso, a los que pueden aspirar proyectos de cualquier país.
El principal problema de la producción independiente es que carece de un marco legal que establezca su regulación y las alternativas para su apoyo. Entre estas últimas, debe estar el acceso de proyectos seleccionados a diferentes tipos de financiamientos.
El ICAIC, el Ministerio de Cultura y los cineastas cubanos han elaborado un grupo de propuestas, que debe ordenar la relación entre la institución estatal y productoras cinematográficas no estatales, legalmente constituidas con sus derechos y obligaciones.
La restructuración del cine cubano incorpora el fortalecimiento del ICAIC como órgano rector de la cinematografía y nuevos mecanismos para proteger e impulsar el cine nacional como una de las manifestaciones más importantes de la cultura cubana.
Roberto Smith de Castro (Presidente del Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos)