NOTICIA
A propósito de la Primera Muestra y Concurso de Cine Nacional: Categoría Mejor Producción
La primera muestra y concurso de Cine Nacional también tiene el propósito de estimular las especialidades del audiovisual, y por ello se otorgará el Premio Titón, consistente en una estatuilla y un certificado acreditativo en categorías como Mejor Dirección de Producción.
En el Diccionario de Cine de Rodolfo Santovenia (Editorial Arte y Literatura, 1999) se define la producción como el conjunto de actividades de orden organizativo, práctico, económico, artístico y técnico, concurrentes en la creación de un filme.
También se habla de producción cuando nos referimos al conjunto de títulos que rueda una empresa, un país o un productor, así, podemos referirnos a la “producción del ICAIC”, “de Cuba”, o de Camilo Vives (1942-2013), uno de los más destacados profesionales de ese ámbito con que contamos en la Isla a lo largo de los primeros sesenta años del ICAIC.
Desde 1974 dirigió la producción de ficción del ICAIC, y participó directamente en películas de muy diversos costos, entre filmes de gran presupuesto como Cantata de Chile, El señor Presidente (que le ganó un premio Caracol de producción en 1984) y Gallego, y otras producciones de localizaciones muy limitadas, y pocos extras como La última cena, y La inútil muerte de mi socio Manolo. Y así dio muestras de su considerable versatilidad, y del poder de ajustarse a cualquier plataforma económica para desarrollar una película eficiente.
Los años noventa trajeron nuevos retos y búsquedas de financiamiento para Camilo Vives a través de títulos como Fresa y chocolate, Guantanamera, Amor vertical, Kleines Tropicana, La vida es silbar, Operación Fangio, Un paraíso bajo las estrellas, Lista de espera y Nada.
La anterior etapa, de producción regida por la institución estatal, comenzó a cambiar posteriormente, con el auge de la producción independiente, la crisis productiva que significó la pandemia, y así se fue transformando la práctica y el oficio del productor.
A finales de los años 2010s, la instauración del Fondo de Fomento, y la creciente profesionalización de los jóvenes productores egresados de las FAMCA o de la EICTV, la figura del productor cobra enorme importancia a la hora de conseguir que el proyecto se verifique.
En 2021, se genera Cuentos de un día más, el primer largometraje de ficción coproducido entre el Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográfica (Icaic) y varios colectivos de creación independientes, cada uno de los seis cortometrajes contó con un equipos de trabajo distinto, es decir, directores, guionistas, directores de fotografía y editores diferentes y sin un hilo conductor entre los relatos que no fuese la situación de la COVID-19.
A partir de esta fecha y de esta experiencia, la mayor parte del cine cubano se origina a partir de los proyectos que los productores presentan la Fondo para el Fomento del cine nacional, y desde arquitecturas de colaboración entre la producción institucional y los independientes, una vía que ha demostrado eficacia a la hora de involucrar a los profesionales cubanos del audiovisual, ociosos por contingencias económicas, por la pandemia, y otras causas que ocasionaron el apagón productivo de la industria cinematográfica cubana.
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