Fotograma de "La bicicleta verde"

Alma libre montada en bicicleta

Vie, 03/12/2021

Los filmes con niños protagonistas, si bien han existido desde el nacimiento mismo del cine, alcanzaron un particular repunte durante las dos primeras décadas del siglo xxi. Hasta los realizadores cubanos lo tuvieron en cuenta y así contamos, por ejemplo, con Viva Cuba, Habanastation, Y sin embargo… y Conducta, entre otras. Numerosas fueron las producciones tercermundistas de este cariz, incluido el filme de 2012 La bicicleta verde, ópera prima de Haifaa al-Mansour, la primera mujer que logra dirigir un largometraje de ficción en Arabia Saudita.

A través de la historia de una niña de diez años, a quien se le tiene prohibido montar en bicicleta, un vehículo que se considera lacerante y peligroso para la dignidad y el prestigio de una muchacha, La bicicleta verde nos habla de un espíritu libre que intenta saltar las barreras de las prohibiciones y los prejuicios. Pero en lugar de filmar un panfleto, una diatriba de denuncia, la cineasta optó por mostrar el rostro humano, cotidiano, incluso amable, de una sociedad tan escandalosamente prohibitiva que mantuvo vedada entre 1983 y 2018 todo tipo de exhibición cinematográfica pública.

Al-Mansour declaró en alguna ocasión que no estaba interesada en hacer un eslogan o una proclama provocativa, sino que más bien trató de hacer una película en la que el espectador tuviera razones para pensar, y también, quizás, para sonreír de vez en cuando. De modo que la realizadora optó por mostrar con toda naturalidad las ofuscaciones y desigualdades que dramatizan la realidad en que habita la protagonista, esta niña que vive en Riyadh, la capital de Arabia Saudita, y sueña con tener una bicicleta que ve en una tienda todos los días en su camino hacia la escuela.

Así de sencillo es el eje dramático principal de esta película, en la que aparecen otros personajes en torno a los cuales se desarrollan situaciones estrechamente vinculadas con la historia principal, que se entreteje con gran sentido del suspenso en relación con el posible triunfo de la voluntad y los valores más progresistas simbolizados en el deseo de esta muchacha de montar bicicleta, y ganarle en competencia de carrera a un amigo suyo.

 

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La directora y guionista Haifaa al-Mansour tuvo que emplear cinco años de su incipiente carrera para realizar esta película, que contó con el apoyo de varias entidades productoras alemanas, y solo así logró realizarse La bicicleta verde, el primer filme de ficción saudita rodado completamente dentro del país, donde la realizadora insistió en filmar con tal de mantener la autenticidad de la anécdota y del contexto mostrado.

En términos de estilo visual y concepto narrativo, La bicicleta verde parece muy cercana a películas clásicas del neorrealismo italiano, como Ladrones de bicicletas, de Vittorio De Sica, en tanto utiliza también actores no profesionales, se acerca a la gente común, y muestra largos recorridos de los personajes para aprovechar tales itinerarios y así entregarnos un testimonio elocuente sobre el contexto social.

También se percibe fuerte influencia del cine iraní, particularmente del primer Abbas Kiarostami y de Jafar Panahi, quienes también eligieron con frecuencia a niños como protagonistas, y así nos informaron sobre la estructura filial, social, predominante en su país. Con todas estas influencias en mente, la directora decidió hacer una película que nunca llegara a ser deprimente ni desalentadora, sino una que se moviera con agilidad entre el realismo más áspero y una visión esperanzadora, al tiempo que nos revela las interioridades de un país del que apenas recibimos alguna noticia, casi nunca optimista.

(Texto tomado del periódico Cartelera Cine y Video no. 184)